Foto: jorgeguerreroc.wordpress.comRazones para preferir la radio por sobre la televisión para seguir fútbol.

 

Cuando empecé a hacer esta página web con alguna gente un poco menor que yo, me di cuenta de que ellos seguían los partidos sin cronómetro, algo que para mí era inadmisible. Después me di cuenta de que habían empezado a ver fútbol con el tiempo de juego en la pantalla, y que yo arrastraba una costumbre quizá se haya perdido en el tiempo.

Todo tiene un porqué, pese a que pocos me entienden cuando digo que prefiero el fútbol por radio. Empecé a seguir el campeonato peruano en esa época oscura entre finales de los ochenta e inicios de los noventa, la de los 44 equipos y los regionales made in 'Rimita'. Por entonces, no había transmisiones por televisión, y yo creía fielmente lo que les escuchaba decir a Roberto Zegarra, Ítalo Villarreal y Dante Mateo en la Rotativa Deportiva de Radioprogramas del Perú.

Por eso, me sentí un poco desengañado una tarde de sábado en el Nacional, en un Boys - Yurimaguas del II Regional del 91'. Estaba en Occidente Baja con mi viejo en la tribuna con un radio-walkman que él me acababa de regalar, y mientras Edmundo Samanez recitaba una de esas tandas comerciales largas en las que predominaban las referencias a Timolina Leonard y Sal de Frutas Eno, Germán Carty, que jugaba su primera temporada con la rosada, se mandó un desborde de antología y una definición de esas que años después se resumirían como "a lo Carty", que esta vez acabó en la desolada Popular Norte. Mientras estaban recogiendo la pelota de la tribuna, casi 30 segundos después de la jugada Dante Mateo se mandó un relato emocionadísimo: "Se escapa Carty, la para, la pisa, la afirma contra la gramilla, desborda Carty, sigue Carty, remataaaaaaaaaaa... ¡Y fuera! ¡Se pierde una magnífica oportunidad Boys de abrir el marcador!". Cuando acabó, el partido ya se había reiniciado.

Ese día me di cuenta de que la radio no decía siempre la verdad, o al menos no en el momento exacto en que los hechos ocurrían. En parte por eso y también porque Radioprogramas -llamada así por entonces- no transmitía todos los partidos de los días miércoles, a veces cambiaba a Ovación de Radio El Sol. Para hacer estadísticas eso tenía sus ventajas, porque Freddy Lazo Tincopa daba las alineaciones completas con bancas de suplentes incluidas. Claro, siempre que el finado Mario Grau no lo cortaba para mandarse con algunas de sus infaltables digresiones largas de los entretiempos.

Pese a todo, yo era fiel a Radioprogramas, porque tenían al que para mí era el número uno: Miguel Humberto Aguirre. Desde que empecé a ver fútbol peruano, he podido escuchar las lecciones de periodismo de El Veco en radio y televisión; seguir las noches de domingos en canal 13 al mejor Beingolea, aquel que no tenía bigotes y promovía la crítica y el debate antes que el comentario complaciente; ver el surgimiento de un Fleischman independiente y que no tenía agenda mediática, pese a tener al lado a quienes la tenían por entonces; asistir a las consolidaciones de Daniel Peredo y Vicente Cisneros, dos de los periodistas mejor estudiosos e informados que hay en el medio. Pese a todo, jamás nadie me pareció tan centrado, tan preciso y tan analítico como don Miguel Humberto para leer un partido de fútbol, con una ecuanimidad inclaudicable aun cuando el partido hubiera desbordado en emoción. Así como creo que debe ser un comentarista -a diferencia del relator, que es quien tiene el rol de aportar la cuota de emoción a la transmisión-.

Cuando don Miguel Humberto dejó de hacer deportes en la que ya era RPP, me pasé al dial de Callao, que es la radio que sigo hasta ahora porque es la que mejor y más completo informa sobre fútbol y todos los deportes. Pero al margen de gustos, el hecho es que jamás me quité la costumbre de seguir fútbol por la radio, aun cuando apareció la tele a mediados de los noventa con sus transmisiones en diferido primero y en vivo luego. Claro, nunca me privé de verlos: solo le ponía mute al televisor y escuchaba el audio por la radio. Ya con el cable y la mayoría de partidos televisados, hay algunos en los que sí escucho a los narradores de tele. "Tremendo cañonazo", "Todo el tiempo que le ofrece la vida" y "Un tiritito" han cedido espacio hoy a "No me maltrate la pelotita", "Estaba solo" o "Se juntan las parejas"; los estilos son muy respetables y varios de ellos me agradan, pero pese a todo, hoy por hoy sigo prefiriendo escuchar que la pelota se para, se pisa y se afirma sobre la gramilla.

Y no es solo cuestión de gustos y costumbre. Hay de por medio un tema práctico porque al final todos los que hacemos prensa y fútbol, sea en televisión, diarios o Internet, escuchamos radio y le creemos a la radio. El mejor ejemplo viene dado por estas fechas simultáneas de fines de año: seis o siete partidos a la misma hora y uno o dos canales hábiles para transmitirlos. ¿Cómo te enteras de los demás partidos en vivo? ¿Cómo escribes crónicas sobre ellos si eres serio y no aplicas la técnica de versear fufulla o inventar que jugó alguien que no estuvo? ¿Cómo haces las fichas de los partidos si no eres de los que inventan minutos de cambios o le ponen 6 al que hizo gol, 4 al expulsado y 5 a todos los demás? Muy simple: siguiéndolos por la radio.

Felizmente, hoy la mayoría de radios del interior tienen sus señales en Internet, y hay varias que hacen impecables transmisiones, mucho mejor estructuradas incluso que las capitalinas y sin caer en regionalismos absurdos -Deporte Total de Radio Televisión Chimbote y Uno Deportes de Radio Uno de Tacna son dos ejemplos para el aplauso en esos aspectos-. Gracias a esas radios, cuando en Canal 2 te ponen en la pantalla que Gálvez le acaba de empatar a Melgar y dicen que la culpa de eso es de Burga, y luego la web más leída del país rebota la noticia y agrega que el gol lo hizo Claudio Velázquez, tú sabes que es mentira. Porque la radio te ha contado que el gol fue de Melgar a través de Nórbil Romero y que le va ganando 2-0 a Gálvez, que sufre la ausencia de su goleador Velázquez, pues este no ha podido ser de la partida ese día por estar lesionado.

Por cosas como esas -opinión muy personal- yo prefiero el fútbol por radio. 

Foto: jorgeguerreroc.wordpress.com

Comentarios ( 1)add
...
escrito por Jimmy , December 20, 2008
Y justamente la entrada de Villoro en la literatura no se debió, como a la mayoría de los escritores, a algún libro de Robert L. Stevenson, Julio Verne o Emilio Salgari, sino a Ángel Fernández, un relator de fútbol de la radio mexicana

"A los seis años yo sabía que el lenguaje servía para que me regañaran o para tener un pretexto por no haber hecho la tarea, en fin, una comunicación utilitaria, pero las narraciones de fútbol de Ángel Fernández me dieron el convencimiento que la narración es una realidad en sí misma," me contó Villoro después de haber mirado el reloj y .......


http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_5242000/5242270.stm

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