Foto: AFPMilan ganó con autoridad por 4-0 en San Siro. Una actuación excepcional de Zlatan Ibrahimovic, secundado por Robinho, hicieron la diferencia en el marcador ante un Arsenal endeble en defensa y que apenas gozó de una ocasión clara de gol.

 

El capo: Total Zlatan

El sueco tuvo una noche estupenda. No solo ha demostrado ser el delantero que no perdona dentro del área o al cual le sobran virtudes individuales, ante Arsenal su rendimiento potenció a quienes jugaron a su lado, tanto siendo opción de pase como habilitando. Uno de los que se lució con 'Ibra' al lado fue Robinho. El atacante nórdico sumó dos asistencias y un gol en el encuentro.

La calamidad: Calamity Mozart

El checo Thomas Rosicky era la carta de Wenger que podía darle el toque distinto al usual juego horizontal del Arsenal con algún remate de larga o media distancia que son las especialidades del checo. Sin embargo, el volante no estuvo acertado al finalizar o habilitar, así como mostró pocas variantes en la distribución del balón. Muy previsible.

El golazo: Gol de príncipe

Si el ghanés no se cansa de marcar golazos, es porque se atreve a hacer lo diferente, porque no tiene miedo de mandarla a la tribuna, porque confía en su calidad técnica. Boateng recogió el balón con el pecho con un control dirigido para su botín derecho y con un fuerte remate con el empeine colgó al meta Szczesny.

La frase:Disparejo

“Un Arsenal de papel. La presunción de eliminatoria igualada quedó destruida por un gran Milán y un patético Arsenal. Sin personalidad”. Diego Latorre criticó al endeble equipo inglés que no mostró rebeldía aún cuando era derrotado. Al equipo de Arsene Wenger le costó enfrentarse con un once que no pesaba individualmente ante un Milan soberbio en nombres y en lo colectivo. Aplastante. Poco o nada pudo hacer Thierry Henry ingresando en la segunda etapa.

La clave: Catenacchio

Luego del primer tanto de Boateng, Milan asumió una posición poco ortodoxa para un cuadro local. Retrasó sus líneas –incluso con los 11 dentro de su campo-, formando un bloque defensivo en un espacio corto y cerca de Abiatti. No obstante, apenas recuperaba el esférico, la salida en contraataque era impecable, con Boateng y Robinho por las bandas e Ibrahimovic como una especie de pivot jugando de espaldas. Así fue como Milan tuvo a maltraer a Arsenal y clavó el segundo, gol clave para quitarle confianza al rival y hacerse dueño del partido con y sin balón.

El tapadón: Guantes secos

Cuando el partido estaba 3-0, Arsenal tuvo un largo control del esférico que terminó en un fortísimo cabezazo que parecía vencer por primera vez en el juego la valla de Abbiatti, pero el golero italiano con una extraordinaria atajada sacó a dos manos el balón que parecía entrar junto a él. Este descuento hubiera significado darle vida a un equipo que ya había bajado los brazos.

El cambiazo: Urbanista

El mediocampista Urby Emmanuelson ingresó por su compatriota Clarence Seedorf apenas a los 12’. El ex Ajax le dio una velocidad diferente al ataque de Milan, siendo un gran socio para Robinho cuando ambos se recostaban por alguna banda. Quizás con Seedorf otro hubiera sido el andar de Milan, un cuadro con más posesión del que fue con Emmanuelson en el campo. 

Kazuki Ito: Viktor Kassai

El húngaro Kassai no tuvo mayores complicaciones en un juego prolijo. No hubo conatos de bronca ni jugadas fuertes que pudieron merecer alguna roja. Kassai cobró correctamente el penal que se dio en los minutos finales del encuentro, luego de que Johan Djourou derribara claramente en el área a Ibrahimovic.

Foto: AFP

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