Gálvez 1972: That 70’s Show
José Gálvez es un equipo que en su sexagenaria historia ha sabido de altas y bajas. Hoy le toca disfrutar de un presente en ascenso, pero su punto más alto lo logró a inicio de los setenta con figuras de la talla de César Cueto.
Sin ninguna duda, la mejor época del fútbol peruano fue la de los años setenta. En aquel periodo, se consiguió la clasificación a dos Mundiales y se obtuvo la última Copa América. Además de estos grandes logros, otra franja alcanzaba lo suyo, lo que nunca antes, en el inicio de aquella década. En 1971, el José Gálvez, la Franja de Chimbote, disputó la Finalísima de la Copa Perú.
El campeón de aquella edición del campeonato con más equipos en el mundo iba a ser el Melgar, club characato que nunca dejaría la máxima división, pero un triunfo ajustadísimo de los galvistas sobre el Unión Tumán, por 1-0, le permitió llegar al tercer lugar. Aquella vez el héroe de la jornada fue Alejandro ‘Torito’ Luces, revelación de esa Copa Perú y a la postre destacado delantero de la selección nacional, pues marcó el gol del triunfo en un encuentro muy disputado y bien jugado. No se estila que la Copa Perú premie al subcampeón (si Ramón Ferreyros fuera futbolero diría que es “el primero entre los perdedores”) y menos a uno que acabó todavía más atrás, pero justo en esa temporada el gobierno decidió ampliar la participación de equipos provincianos en la Primera División.
Los primeros pasos
Era mayo de 1971 y las cosas no serían fáciles para el Gálvez. Acababa de lograr el ascenso y una alegría enorme para el hincha chimbotano, pero los inicios en la división de honor le mostrarían vicisitudes que no encontró en los torneos de promoción. Ya habían pasado ocho partidos desde su debut en la Primera del Descentralizado de ese 1971 y la Franja no conseguía sumar de a dos (qué gracioso se hace ahora utilizar esa expresión). Recién en la novena fecha pudo conseguir un triunfo en el Vivero Forestal, antiguo nombre del Manuel Gómez Arellano y el rival no pudo ser más adecuado para recordarlo siempre.
El 25 de julio, Alianza Lima llegó al Vivero Forestal para enfrentar al Gálvez que contaba con figurita nueva. Se acababa de incorporar al equipo el uruguayo Rubén Techera, gran trajinador del campo que más adelante triunfaría con la camiseta de Universitario. Fue la figura de la cancha, más allá de que se fue sustituído a veinte minutos del final. El autor del gol del triunfo fue Hipólito ‘Papi’ Estrada, otra gran figura del cuadro chimbotano. Fue la primera victoria que logró la Franja chimbotana y esta demostró que con orden (como para traer un jugador de la calidad de Techera) y con identidad propia (caso del ‘Papi’ Estrada) el Gálvez podría dar que hablar en el fútbol del más alto nivel dentro del Perú.
Derecho pagado
La temporada de 1971 fue poco feliz para José Gálvez, pero era de esperarse considerando que fue su primera experiencia en el fútbol profesional y terminó en la medianía de la tabla. Sin embrago cuando una persona inteligente está al mando, se aprende rápido: don Isaac Fullop, mecenas de aquel equipo, comprendió que debía invertir fuerte para llevar a su equipo mejores posiciones y llevó a Chimbote a grandes figuras como Otorino Sartor, para que se encargue de cuidar el arco, y ‘Lucho’ La Fuente, quien debía cuidar a Sartor. Pero sin lugar a dudas el estelar era César Cueto.
Con el 'Poeta de la Zurda' en el equipo, el arranque del Gálvez en la zona provincial del Torneo Regional fue impresionante. El cuadro chimbotano llegó a disputar siete partidos sin conocer la derrota. La apertura no fue tan agradable pues empató en casa 1-1 con el Aurich, pero se repuso en la siguiente fecha en la que derrotó a Mannucci poe 1-2 en condición de visitante. Luego llegó una nueva igualdad, esta vez, sin goles, de nuevo fuera de casa y una victoria por 1-3 en la cancha del Grau de Piura. En la quinta fecha, volvió a Chimbote donde venció por 2-0 al Torino de Talara, eso fue antes de que viaje a Arequipa a sacarle un empate a Melgar sin que se abra el marcador. En la sétima fecha venció sin atenuantes por 3-0 al León y en la siguiente se acabó la destacable racha pues Aurich lo derrotó en Chiclayo por 3-1.
Pisando fuerte
Luego de ese tropiezo frente al Ciclón, la Franja supo capear el resto del torneo en el que solo cayó en otras dos ocasiones: frente a Grau, que se cobró la revancha y le ganó 0-2 en el Vivero Forestal, y ante León, que le ganó 1-0 en Huánuco. Fuera de ello, logró otros tres triunfos y un nuevo empate, esta vez a un gol por bando, ante el Unión Tumán. Justamente los equipos chiclayanos fueron los que se mantuvieron invictos ante el Gálvez y uno de ellos, el Tumán, sería su rival en la final para definir al campeón del certamen.
En el partido definitivo, los galvistas por fin pudieron sonreír ante los de Chiclayo. El encuentro se disputó el 3 de agosto y el raquítico triunfo por 1-0 fue suficiente para que se corone campeón y alcance la Liguilla Final en dicha condición.
La calle está dura
José Gálvez llegó a jugar aquella Liguilla Final, pero no le iría bien no terminó siendo el muchachito bueno de la película. De hecho, en el Descentralizado, que empezó recién en Julio, le fue más mal que bien. En su primer encuentro empató sin que goles ante Unión Tumán, como para variar un poco. Aquella fue la primera igualdad de las doce que conseguiría en ese campeonato de treinta fechas. Demasiadas para un equipo con pretensiones. El tema empeora si se pierden otros diez; dos esas caídas fueron especialmente dolorosas: la primera ante Juan Aurich por la fecha 18, que le ganó por 3-0 en Chiclayo, y el 4-1 que le arrimó Cristal el 6 de diciembre por la fecha 27.
En la Liguilla Final, fue amo y señor de los empates: cuatro en total ante Alianza Lima (1-1), Municipal (1-1), Defensor Lima (1-1) y Universitario (2-2). El partido restante lo perdió por 1-0 ante Cristal, otro de sus némesis en ese campeonato. Nótese que Gálvez fue el único representante provinciano en aquel hexagonal final que se disputó a una sola rueda enteramente en Lima. A pesar de no ganar ningún partido, tampoco hubo equipo alguno que le pasara por encima.
El mejor de los recuerdos
Ya Gálvez había logrado cosas importantes para ser un benjamín en el fútbol profesional. Salió campeón del torneo Regional, había derrotado a Alianza Lima y sacó importantes triunfos en condición de visitante. Pero el mejor de los equipos de 1972 era, sin duda, alguna, Universitario de Deportes, el campeón del año anterior y subcampeón de América. Ese equipo plagado de estrellas viajó a Chimbote en la fecha 14 para jugar contra Cueto y compañía. Gálvez no estaba del todo bien parado: acumulaba cuatro triunfos, cuatro empates y cinco derrotas, todos los partidos finalizados con ajustados marcadores, pues nadie le ganó por más de un gol y ante nadie se impuso por dos anotaciones. Esta sería la ocasión.
Las crónicas indican que la ‘U’ llegó sobrador a este encuentro y que se generaron notorios vacíos entre la volante y la defensa. Esta distancia entre las líneas merengues fue aprovechada por los galvistas, especialmente por César Cueto, figura del partido, para hacer suyo el resultado. A pesar de ello, fue Universitario el que se puso en ventaja por intermedio de Rubén Techera, quien a los diez minutos, de cabeza, le anotó al equipo que le abrió las puertas del fútbol peruano. Sin embargo no pasaría mucho para que Mariano Loo, también con un testazo, pusiera la igualdad. Ya hacia el final del primer tiempo, a los 35’, César Cueto inclinaría la balanza a favor de su equipo.
El segundo tiempo se jugó a cara de perro y las fricciones no se hicieron esperar. Producto de la vehemencia con que se pasó a jugar, se fueron expulsado Lucho La Fuente, el zaguero Luna y Percy Rojas. Música para los oídos de César Cueto quien con más espacio, pudo hacer el que, más que seguro, fue el mejor gol que marcó con la camiseta galvista: se sacudió la marca de Chumpitaz y de Cuéllar a punta de amagues indescifrables para los defensores merengues. Ya de cara ante “HH” Ballesteros, no fue más considerado y lo sacó de su arco en base a un dribleo infernal. Cueto hizo lo que quiso para destrozar la resistencia crema y una vez que lo consiguió, puso el tercero sin más a falta de ocho para el final.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos y recortes: diario La Crónica
Mostrar/Ocultar comentarios
