Marca Fútbol: Inimitable
Mucho antes de la expansión futbolera de Roman Abramovich, el fútbol ya contaba con el respaldo de firmas vinculadas a la actividad petrolera. Tal fue el caso del IMI Fútbol Club de Talara y su singular historia, que incluye un origen basado en una empresa con sede en Oklahoma, un socio bancario, una "suertuda" campaña en la Copa Perú del '98, cuatro camisetas y siete comandos técnicos distintos en un solo año y, finalmente, una fugaz permanencia en la Primera División.
Estamos en tiempos en los que es bastante común escuchar y leer noticias sobre adquisición de clubes de fútbol en el exterior por parte de multimillonarios vinculados a importantes conglomerados empresariales. Además, durante los últimos años, clubes como el FC Barcelona o las 'Chivas' de Guadalajara admitieron por primera vez publicidad en sus camisetas, mientras que el Arsenal bautizó a su actual estadio como el Emirates Stadium a raíz del acuerdo firmado con esa aerolínea.
Sin embargo, en el Perú la actividad empresarial también ha estado directamente vinculada a la propiedad y hasta denominación de los equipos de fútbol. Esto lleva a repasar la historia de un club que se convirtió en una especie de magnate en el norte al unir a una firma norteamericana con un banco local como sus principales aliados.
I(n)migrante
Esta historia comienza en 1983, cuando la firma International Marine Incorporated, originaria del estado estadounidense de Oklahoma, optó por iniciar operaciones en la ciudad de Talara. Dicha empresa tenía por giro de negocio el transporte marítimo de petróleo. Posteriormente, y a raíz de una iniciativa de sus trabajadores, el nombre de la empresa fue empleado para denominar a un club de fútbol, con lo que nació el famoso IMI de Talara (International Marine Incorporated Fútbol Club).
Cabe destacar que el equipo nunca perteneció a la firma norteamericana, sino que siempre estuvo en manos de sus trabajadores, quienes también gestionaron su fusión con otro "club empresarial": el Banrenor, perteneciente al desaparecido Banco Regional del Norte. Esta unión se produjo en 1993, un año después de que fuera fundado el club vinculado a la referida entidad financiera.
Fue así que el IMI Banrenor ganó en 1995 la Liga Distrital de Pariñas, para luego ser eliminado en la Etapa Departamental a manos del Túpac Amaru de Sullana. El año siguiente el club norteño logró ser campeón departamental de Piura e ingresar a la Etapa Regional, pero su sueño terminó luego de enfrentarse al UTC de Cajamarca. 
En el '97 el IMI fue eliminado en la Etapa Regional por el Atlético Grau de Piura; sin embargo, un año después y ya con el nombre IMI Norbank, alcanzó el campeonato de la Copa Perú y el ascenso a Primera. Cabe indicar que el cambio de denominación se produjo a raíz del cambio de imagen corporativa del Banco Regional del Norte, el cual incluyó su cambio de marca a Norbank.
Debut y despedida
El IMI se coronó como campeón en la Copa Perú luego de una controversial campaña en la que sorprendentemente, o quizá porque su ángel guardián se habría disfrazado de árbitro, remontó por dos veces consecutivas marcadores adversos de 0-4 obtenidos en partidos de ida frente al Cultural Hidro de La Oroya y el Alfonso Ugarte de Puno. 
En ambos casos, el cuadro de Talara logró goleadas por 5-0 de local en los partidos de vuelta jugados en el Campeonísimo, precisamente con el gol de diferencia que necesitaba para clasificar. ¡Eso si que es tener "suerte" (bien entre comillas)!
Fue así como el IMI enfrentó en la final de la Copa Perú al Coronel Bolognesi de Tacna. Ese choque tampoco estuvo exento de controversias, ya que en el partido de vuelta en Talara (el de ida ‘Bolo’ lo ganó por 3-1), el árbitro optó por suspender el cotejo en el minuto 80, cuando el IMI venía ganando 3-1, a raíz de la "rebeldía colectiva" de los jugadores tacneños, lo que llevó al cuadro ‘bancario-petrolero’ a coronarse como campeón.
Al año siguiente, parecía comenzar con buen pie en Primera. A pesar de quedarse sin el auspicio de Norbank, captó a Panamericana Televisión y Petroperú como sponsors; sin embargo, la campaña terminaría con un descenso anunciado a raíz del bajo nivel del plantel y un precario trabajo dirigencial, reflejado no solo en sueldos impagos, sino en el poco criterio para mantener técnicos: en total, afrontaron siete etapas en el banquillo.
La campaña comenzó con Diego Agurto, que venía de la campaña exitosa de Copa Perú. El veterano DT pensó mantener la base del equipo y, fiel a su costumbre, prescindir de contrataciones extranjeras. 
Tal idea le duró poco: el plantel era precario y debió aceptar las incorporaciones de los argentinos Lucic y Arcodia, así como del brasileño Pompeao, quien había jugado en el AELU de Pueblo Libre. Igual, el equipo no enmendó rumbos y Agurto fue reemplazado por César Cubilla; este tampoco dio fuego y dejó lugar hacia el final del Apertura a la dupla conformada por Luis Vitonera y Humberto Arévalo, ambos talareños. Para el Clausura, llegó Rafael Castañeda, pero tampoco dio fuego y cedíó su lugar al ignoto boliviano Jorge Valerio. Luego volvió Luis Vitonera (ya sin Arévalo), para que la campaña fuera finalizada por Víctor 'Vitito' Reyes en la función de entrenador-jugador.
Por su parte, el plantel tuvo al arquero Miguel Ego Aguirre, el defensa Juan Carlos Aponte y el delantero Luis Bello como sus únicas figuras destacadas en medio de una mixtura entre jóvenes inexpertos y jugadores piuranos a punto de colgar los chimpunes. Literalmente, la del IMI fue una campaña para el olvido: ni un solo partido recordable ante algún equipo fuera grande o chico, ningún gol especial para la historia, siquiera alguna goleada escandalosa en contra; en conclusión, nada más allá de un pobre nivel de juego. De los últimos años, acaso la campaña más opaca de un equipo en Primera División: 29 puntos en 44 partidos (solo 6 ganados) lo reflejan.
Eso (no) es todo, amigos
No obstante, el IMI sí dejó particularidades ajenas al fútbol mismo. Durante la campaña del '99, el equipo contó con cuatro distintas indumentarias, incluido un par con los colores verde y blanco, las que teóricamente eran empleadas cuando jugaba frente a cuadros como Alianza Lima o Alianza Atlético (que contaban con el color azul en su uniforme, el mismo que empleaba el IMI en su uniforme tradicional). No obstante, al final el equipo terminó alternando indistintamente sus camisetas.
Y así como todo negocio es un riesgo, la permanencia del IMI en el firmamento futbolístico fue corto a raíz de los problemas mencionados. Luego de descender, en el año 2000 fue eliminado con facilidad en la Etapa Regional de la Copa Perú por el Atlético Grau y el Sport Pampas de Tumbes. 
El equipo dejó de existir a inicios de la década actual, cuando su plaza en la Liga de Talara fue cedida a otro cuadro petrolero, el Refineros FC.
Pese a ello, la historia de IMI continúa, ya que la empresa de ese nombre aún opera en la ciudad norteña, donde recientemente ha ocupado más de una primera plana en los diarios locales a raiz de problemas con sus trabajadores. Por el contrario, el banco que por algunos años fue socio del club corrió la misma suerte del equipo y desaparecio hacia finales de la década pasada cuando fue intervenido por la Superintendencia de Banca y Seguros, al poco tiempo de haber sido relanzado bajo la marca NBK Bank.
Composición fotográfica e ilustraciones: Sandro Mena / DeChalaca.com Fotos: revista Don Balón Perú
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gracias de corazon se despide
jorge araya yueng de calama chile
Según tengo entendido ese año Atlético Grau logró campeonar en la Etapa Departamental. Lo que siginifica que IMI no accedió siguiera a la regional.
