Composición fotográfica: Carlos Vela / DeChalaca.com

Comienza la fiesta del Viejo Continente. El Mundial sin Brasil ni Argentina, lo llaman algunos. Durante 22 días de junio, las miradas del mundo futbolero se concentran en Austria y Suiza. Y en DeChalaca.com queremos recibir esta fiesta con el repaso de los 11 partidos más emblemáticos -subjetividad pura de por medio- de la historia de la Eurocopa, ese certamen que se inició en 1960 para cada cuatro años regalar al mundo lo mejor de las canchas al otro lado del charco.

Composición fotográfica: Carlos Vela / DeChalaca.com

Es difícil elegir 11 partidos emblemáticos de una competición cuanto más antigua y -sobre todo- rica en fútbol es ella. En el ciberespacio circulan varios rankings parecidos, reproducidos por doquier de Euro a Euro. Lo concreto es que para hablar de “mejores partidos”, existe tal dosis de subjetividad que difícilmente el lector pueda compartir plenamente la elección aquí realizada. Ordénense como quieran: en 48 años de competición, la Eurocopa ha regalado tanto fútbol como expectativa existe para las 11 de la mañana (hora de Lima) de este sábado. Estos son algunos de los mejores.  

11. España 2 - URSS 1 (Euro 1964, final, estadio Santiago Bernabéu, Madrid)

Único título europeo para la ‘Furia’, labrado sobre un histórico cabezazo de Marcelino Martínez a Lev Yashin a falta de seis minutos para el pitazo final. Pereda había adelantado a España a los 6’, y casi de inmediato Khusainov puso la igualdad mediante un tiro libre. La leyenda cuenta que Luis Suárez generaba por derecha todos los ataques de aquel equipo de José Villalonga, y en uno de ellos le dejó el balón a Pereda para que sacara el centro. La cabeza de Marcelino, un delantero del Real Zaragoza que solo vistió la camiseta española otras trece veces, la mandó a guardar entre Yashin y el primer poste.
 

10. Yugoslavia 3 - Eslovenia 3 (Euro 2000, primera fase, estadio Pays de Charleroi, Charleroi)

Poca expectativa en torno de un encuentro entre dos naciones que alguna vez habían sabido ser la misma. Eslovenia, que a diferencia de su rival no había heredado el rico legado del fútbol balcánico, era Zlatko Zahovic y diez más. Contra lo esperado, el entonces volante del Olympiacos hizo dos goles y Miran Pavlin otro para que a los 57’ los eslovenos estuvieran 3-0 arriba. Tres minutos luego, se fue expulsado Sinisa Mihajlovic y todo pintaba para debacle yugoslava. Pero apareció uno que sabía más por zorro que por viejo: Savo Milosevic, quien descontó a los 67’ y, luego del tanto de Drulovic a los 70’, puso el 3-3 definitivo a los 73’ (ver último gol en el video).
 

9. Inglaterra 1 - Alemania 3 (Euro 1972, cuartos de final, estadio Wembley, Londres)

Se jugaban los cuartos de final en formato de ida y vuelta. El primer cotejo de un clásico europeo se jugó en la ‘Catedral del Fútbol’ un 29 de abril. Dicen que ese día nació la gran Alemania de Helmut Schoen que dos años luego se haría del título mundial. Uli Hoeness puso la ventaja para la visita temprano, y a falta de 12 minutos Francis Lee puso la igualada. El juez francés Helies decretó un penal que Günter Netzer transformó con remate a la izquierda de Gordon Banks. A falta de 2’, el ‘Torpedo’ Gerd Müller decretó un apoteósico triunfo germano en Londres.
 

8. República Checa 3 - Holanda 2 (Euro 2004, primera fase, estadio Municipal, Aveiro)

Un cabezazo de Bouma y una definición a lo Van Nistelrooy –del propio Ruud- le daban a Holanda una victoria tan simple como sorpresiva cuando solo corrían 19’. Era la segunda jornada del Grupo D, donde tulipanes y checos disputaban la clasificación con Alemania. La reacción de los de Karel Brückner no se hizo esperar: el grandazo Koller puso el descuento a pase de Baros, y a los 32’ Holanda quedó con diez por expulsión de Heitinga. En el segundo tiempo, se invirtió la figura: ahora Koller asistió a Baros para el empate, y en la agonía, a los 88’, Vladimir Smicer le dio a República Checa el pase a cuartos y una épica voltereta (video: minutos 3:04 a 5:04).
 

7. Dinamarca 2 (5) - Holanda 2 (4) (Euro 1992, semifinales, estadio Ullevi, Gotemburgo)

La sorprendente Dinamarca que llegó como invitada a la Euro que campeonó regaló un partido de alta vibración ante Holanda, que llegaba de vencer 3-1 a Alemania. Henrik Larsen dio la clarinada a los 5’ con un cabezazo en la línea de gol. Pero a los 23’, Dennis Bergkamp empató tras buena combinación con Rijkaard. Larsen volvió a poner delante a los daneses con un remate desde fuera del área, y desde entonces los de Richard Moller-Nielsen retuvieron el balón y controlaron el juego. A 4’ del pitazo final, una peinada de Gullit hacia Rikjaard decretó el 2-2. En la prórroga, Peter Schmeichel se graduó de figura al atajarle un remate a boca de jarro a Van Basten y, posteriomente, taparle un penal a Bryan Roy en la definición.
 

6. Portugal 2 (6) - Inglaterra 2 (5) (Euro 2004, cuartos de final, estadio Da Luz, Lisboa)

Memorable serie que rompió con los paradigmas del gol de plata. El Portugal de ‘Felipao’ Scolari sentía la presión por su discreta primera fase y mucho más todavía luego de que apenas a los 3’ el ‘Niño Maravilla’ Michael Owen pusiera en ventaja a la Inglaterra de Sven Goran Eriksson, tras clamoroso error de Costinha. Y aunque en peso de conjunto los británicos lo tenían todo, al anfitrión por ganas nadie lo derrotaba. Pujó, metió y empujó; entraron en el segundo tiempo Simao, Rui Costa y Helder Postiga para poner toda la artillería posible en pos del empate. La apuesta pagó a los 83’: centro de Simao, cabezazo de Postiga y suplementario. Y pagó doble con Rui Costa haciendo estallar al estadio a los 110’. Lampard, sin embargo, no estaba dispuesto a dejar las cosas así e igualó tras pivoteo de Terry a los 115’. En los penales -error de Beckham incluido-, el héroe fue Ricardo: tapó sin guantes uno a Darius Vassell y anotó el suyo para cerrar una noche inolvidable.
 

5. Inglaterra 1 (5) - Alemania 1 (6) (Euro 1996, semifinales, estadio Wembley, Londres)

Era la Euro de Inglaterra, en la que debía ganar el título que le había sido -y sigue siendo- esquivo a lo largo de la historia. Todo iba como en las películas cuando a los 3’ Alan Shearer ponía adelante a los de casa con golpe de cabeza y cobraba la revancha pendiente de 1972. Pero a los 16’, Stefan Kuntz -tras pase largo de Helmer- reventó el arco de Seaman. El marcador no se movió y la emoción alcanzó el clímax en la prórroga, con un palo de Anderton y un error de Gascoigne con el arco vacío que hasta hoy se lamentan en la isla. En los penales nadie falló hasta que Gareth Southgate le tiró un balón débil a Köpke. Andreas Möller no perdonó en el siguiente remate y Alemania les volvió a pintar la cara a sus archirivales en Wembley, en un suceso que despertó hasta divertidos spots publicitarios (ver video).
 

4. Alemania Occidental 1 - Holanda 2 (Euro 1988, semifinales, estadio Volksparkstadion, Hamburgo)

Esas cosas que hacen que el fútbol sea más que un mero juego explican la trascendencia de este partido. En Holanda nadie celebra el título europeo de 1988, el único de la historia de su selección, el día que se conmemora la victoria 2-0 sobre la URSS en la final. Se evoca el 21 de junio, la fecha en que se cobraron ante los alemanes la revancha pendiente de 1974 –y para muchos, algunas grandes heridas sociales-. Lothar Matthâus y Ronald Koeman, ambos capitanes, ambos de penal, sellaban el 1-1 que amenazaba prórroga. Pero apareció el gran Marco van Basten, a un minuto del pitazo del rumano Igna, para anticiparse a Jürgen Köhler y poner el balón lejos del meta Immel. Relata Simon Kuper en su libro Soccer against the enemy que acabado el partido, solo Koeman intercambió camiseta con Rudi Völler; y que en el vestuario ganador, holandés por holandés pasaron en fila defecando sobre la casaquilla alemana. Ciertamente no solo era el rival, sino el enemigo.
 

3. Checoslovaquia 2 (5) - Alemania 2 (3) (Euro 1976, final, estadio del Estrella Roja, Belgrado)

Alemania, campeón mundial vigente, había llegado a la final a los tumbos. Los checoslovacos se pusieron arriba rápidamente con goles de Svehlik y Dobias y a los 25’ ostentaban una clara ventaja. Pero Dieter Müller acortó distancias solo tres minutos luego, por lo que el trámite del partido pasó por sucesivos embates germanos que hicieron figura al menudo golero Ivo Viktor. El guardameta solo erró en el estribo, a los 89’, cuando cedió un rebote con los puños para que Bernd Hölzenbein pusiera la cabeza. El suplementario llevó a los penales, en los que Uli Hoeness falló y Antonín Panenka inmortalizó su ejecución con ‘globito’ -replicada por Zinedine Zidane en la final del último Mundial- para batir a Sepp Maier y llevar el título a Praga.
 

2. Francia 4 - Yugoslavia 5 (Euro 1960, semifinales, estadio Parc des Princes, París)

Impresionante resultado para el partido con más goles en la historia de las fases finales de la Euro (igualado con el Francia 5 – Austria 4 de la misma competición). Con 26,000 personas en las tribunas, los galos vencían 3-1 a los yugoslavos a los 53’ merced a tantos de Vincent, Heutte y Wisnieski -Galic había abierto el marcador-. Zanetic recortó a los 55’, pero otra vez François Heutte puso el 4-2 a los 62’. Entonces ocurrió lo impensado: en solo cuatro minutos, entre los 75’ y los 79’, Yugoslavia lo dio vuelta. Primero vía Tomislav Knez, y luego con dos estiletazos de Drazen Jerkovic, su implacable centroatacante que dos años luego sería figura en el Mundial de Chile y que aprovechó licencias cedidas por el golero francés Lamia.
 

1. Francia 3 – Portugal 2 (Euro 1984, semifinales, estadio Vélodrome, Marsella)

Para la página web de la UEFA, “el partido más emocionante de las fases finales de la Eurocopa”. Lo tuvo todo: adelanto del local con un gol de Domergue, mucho fútbol cortesía de la orquesta de Platiní y un oportuno cabezazo de Rui Jordao a los 74’ que forzó el suplementario. La fórmula se repitió a los 98’: centro de Chalana, remate de Rui Jordao y a cobrar. Portugal conseguía dar la hora en Marsella, pero en el segundo tiempo de la prórroga toda Francia reaccionaría. Primero con el empate de Domergue, que vino desde atrás combinando con Platiní, y luego en el sombrerito de este último a la salida del golero Bento. Fue fiesta al son de la marsellesa

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