El conjunto de Luciano Spalletti demostró, una vez más, ser un equipo compacto y aguerrido, tras vencer con contundencia 1-2 al Real Madrid. Los merengues se toparon con el escuadrón liderado por Totti y Aquilani y sacaron a pasear a sus fantasmas futbolísticos de toda la vida por el gramado del Bernabéu.

Foto: gazzetta.it

Francesco Totti consuela a su compatriota Fabio Cannavaro luego de la caída del conjunto merengue que los deja fuera de los cuartos de final (Foto: gazzeta.it)La capital española fue hoy testigo de que la historia pesa poco o nada en el fútbol moderno. El Real Madrid, plagado de millonarias “estrellas” sin lustre, sucumbió ante el orden y la sublime táctica de un grande italiano.

El primer tiempo desnudó falencias largamente conocidas por cualquier hincha merengue; dudas en la zaga y creativos obnubilados por un sistema defensivo ejemplar de la visita. De la mano de una estrella ascendente, Alberto Aquilani, la escuadra romanista neutralizó los intentos del conjunto local con la agresividad e inteligencia de perros de caza.

En la etapa complementaria, el Madrid salió desesperado a buscar los goles y esa vehemencia le terminó costando caro. A los 70’, el defensor Pepe se ganó una expulsión tonta por doble amarilla, y dejó cuesta arriba la meta de los cuartos de final. Apenas dos minutos después, el brasileño Rodrigo Taddei aprovechó un brillante centro desde la izquierda para conectar un cabezazo furibundo lejos del alcance de Casillas.

El cuadro de casa reaccionó con prontitud mediante un gol de Raúl, pero luego siguió impreciso en la búsqueda del gol que forzara la prórroga. Ya en tiempo de descuento, el montenegrino Mirko Vucinic apagó toda esperanza merengue con un cabezazo oportunista por encima de Casillas para sellar un merecido gran triunfo de la escuadra italiana.

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