Para guardar en el recuerdo
En unos últimos 20’ de película, Liverpool demostró que la historia
pesa y le arrebató la ilusión al Arsenal luego de haber comenzado
perdiendo. El buen sentido del toque de los de Arsene Wenger se perdió
ante el trabajo táctico de Rafa Benítez. Pero fueron realmente las
inspiraciones -y los errores- personales los que, a fin de cuentas,
definieron un soberbio 4-2 en Anfield Road.
¿Desde hace cuántos años no le ganaba Liverpool a Arsenal?
Fotos: dailymail.co.uk, football.co.uk
Es poco corriente el día de hoy encontrarse con esos partidos que uno va a querer contarles a sus hijos y a sus nietos. La globalización del fútbol ha traído consigo que la cantidad supere a la calidad y esto, sumado a las tácticas de pizarra cada vez más cerradas y austeras, ha hecho que los encuentros memorables disminuyan notablemente. Es más, hoy en día lo que más se queda grabado en la mente son las inspiraciones fugaces de algunos protagonistas que consiguieron escapar a la realidad y regarle a la gente algunos segundos de fantasía.
LOCURA INGLESA
Pero, si en un mismo día el ‘Niño’ Torres deja paradas a 45 mil personas -incluyendo a las tres que lo custodiaban en el área- mientras él ya celebraba su tanto; luego Theo Walcott se viste de Maradona para ceder a Adebayor y este define a un toque con el que hace saltar a los hinchas del Arsenal; que estos un minuto después estén llorando mientras Gerrard celebra el gol conseguido a través del penal de Touré a Babel; y que este último corra en los instantes finales como nunca lo había hecho y haga estallar Anfield Road de alegría, entonces, solo entonces, uno se encuentra ante un partido que definitivamente tiene que guardar en su memoria.
Y es que finalmente tanto reds como gunners le ofrecieron al mundo el partido que se esperaba ver. La semana pasada, aun cuando el encuentro en el Emirates tuvo altísimas dosis de buen fútbol, quedó claro que ambos podían ofrecer más. Pero no todo el cotejo fue un vendaval de fútbol, buen toque y goles. Durante buena parte del partido la pelota estuvo en posesión del equipo local, lo cual llevó a que el traslado de la pelota se volviera lento y pesado y el partido ingresara en una fase de aburguesamiento que amenazaba con aburrir hasta al más hincha.
Los de Wenger no encontraban el espacio y su juego consistía en pescar cualquier balón perdido del Liverpool, e intentar siquiera un esbozo del buen manejo de pelota al que han acostumbrado a espectador. El problema del Arsenal consistía en la mala tarde que estaba pasando su mediocampo: Hleb andaba en otro partido, lo de Diaby -luego de su gran definición para poner el primero de la noche europea- quedaba en buena intención y las trepadas de Eboue por el sector derecho no encontraban la conexión para llegar a Adebayor. Del otro lado, los luchadores Torres y Kuyt metían en serios problemas a la zaga londinense con cada estocada.
FIGURAS DESLUCIDAS
Pero esos detalles eran menores para la gente que seguía en todo momento a las dos figuras de los equipos. Fabregas y Gerrard se encontraban en un enfrentamiento de poder a poder y cada uno -a su manera- buscaba la victoria con todas sus ansias. Sin embargo, lo que hoy ofrecieron los dos emblemas del partido distó mucho de las expectativas generadas alrededor y más de uno pudo quedar decepcionado por lo que se llegó a ver.
Aunque si a uno lo ponen en la postura de elegir un ganador, el inglés se llevaría la victoria. Porque si hay algo que diferenció a los dos jugadores hoy día fue que Steven llegó a ser Gerrard por algunos momentos, pero Cesc nunca logró ser Fabregas. Aunque la frase parece muy difícil de entender, tiene una explicación sencilla. Por momentos Gerrard asumió el papel que se esperaba de él y llegó a ser el timón del equipo. Fabregas, en cambio, nunca logró consolidarse en el partido y esto generó también una baja de rendimiento en sus compañeros.
Al final, Benítez le ganó el duelo a su colega y se volvió a meter - por tercera vez en cuatro años- en las semifinales de la Champions League. La pizarra le ganó al buen toque, una escuela le ganó a otra. Anfield anda de fiesta, el You’ll never walk alone se escucha más fuerte que nunca. Y es que el Liverpool, en estas lides, es otro equipo, un equipo de copa.
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Frankie dice: Solo hubo un partido
escrito por rumpelstinski , April 09, 2008
escrito por r , April 09, 2008